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Nueva ruta del Parque Central hacia una gestión sustentable: Rafael Butchart

  • Por Editora M

Ciudad Juárez.— Desde el 10 de noviembre, el Parque Central tiene un nuevo rostro al frente. 

Se trata de Rafael Roberto Butchart Sánchez, un juarense de nacimiento, formado en administración pública y ciencia política, con una trayectoria de más de una década en finanzas públicas y privadas. 

Con voz serena, pero clara, habla del reto que hoy asume: dirigir y no simplemente administrar, insiste el pulmón comunitario más importante de la ciudad.

Su llegada no es casual. Después de ocho años dentro del Fideicomiso de Puentes Fronterizos de Chihuahua, donde inició como coordinador de egresos, luego jefe del departamento de contabilidad y finalmente director administrativo durante cinco años, la gobernadora Maru Campos le encomendó tomar el mando del Parque Central. 

Antes, su paso por la Dirección de Asentamientos Humanos del Municipio y su experiencia en el sector financiero particularmente en Banorte, dentro del área de banca digital le permitieron desarrollar un perfil técnico raro en puestos públicos; claridad presupuestal, comprensión operativa y sensibilidad social. 

“Parense de nacimiento dice, juarense toda la vida y orgullosamente de aquí.”
El Parque Central que encontró, un espacio vivo, funcional y subestimado
Butchart asegura que su primera impresión al llegar fue alentadora.

“Lo encuentro con mucha vida y funcional”, comenta mientras describe un parque que muchos juarenses han visto, pero pocos conocen a profundidad. 

Un circuito para correr, pista ciclista, cancha de béisbol, alberca, un extenso jardín botánico y, al centro, el lago que aloja flora y fauna que hoy forma parte de investigaciones universitarias publicadas en revistas internacionales.

No se trata solo de patos y gansos domésticos, explica, sino también de especies silvestres que migran temporada tras temporada. 

Lo mismo sucede con las arañas que cuelgan de la parte alta del parque; lejos de ser un problema, conforman un sistema natural de control de plagas. 

“Gracias a ellas prácticamente no hay moscos”, dice. 

Tampoco existe un problema grave de fauna nociva. 

Lo que sí existe es una inversión que sorprende; entre 1 y 2 millones de pesos anuales destinados exclusivamente a la alimentación de patos y gatos que habitan el área.

Un nuevo entendimiento de la gestión pública; ciudadanizar, abrir y transparentar

Butchart subraya que no llegó al Parque Central a “administrar”, sino a dirigir, una palabra que en su planteamiento implica visión, escucha, apertura y capacidad de planificación. El mandato de la gobernadora ha sido directo; escuchar, atender y dar seguimiento. 
Y él pretende cumplirlo sin matices.

Por ello, una de sus primeras acciones será abrir el Parque Central a un proceso de diálogo continuo. 
En enero se celebrarán dos foros fundamentales. 

El primero reunirá a expertos ambientalistas para poner sobre la mesa diagnósticos, dudas y observaciones; el segundo se dirigirá a la comunidad juarense; colectivos, asociaciones civiles, vecinos, deportistas y usuarios cotidianos.

Además, se implementará un teléfono institucional y un WhatsApp oficial donde toda queja o inquietud quedará registrada con folio y seguimiento puntual. 

La meta es clara; que cada ciudadano que se acerque al Parque Central encuentre no solo respuesta, sino resolución.

El encendido del árbol y la primera prueba de coordinación

El primer gran evento bajo su responsabilidad será el encendido del árbol navideño, programado para principios de diciembre. 

No tiene dudas; el parque debe lucir digno, vivo y preparado para recibir a miles de familias. 

Por ello, el personal colaborará incluso fuera de horario para garantizar un evento decoroso que marque el inicio de una nueva etapa.

Hacia la autosustentabilidad: plan maestro, aliados estratégicos y nueva identidad

El objetivo de fondo, sin embargo, va más allá de la temporada decembrina. Butchart tiene una meta ambiciosa; lograr que el Parque Central sea financieramente autosustentable antes de que concluya la administración. 

Un reto mayor, considerando que el parque opera con ingresos propios, aportaciones estatales y un presupuesto que, si bien alcanza para los compromisos actuales, requiere crecer para los proyectos que se buscan impulsar.

El punto de partida es un plan maestro elaborado por expertos de todo el país y financiado parcialmente por empresarios. 

El desafío, dice, es darle viabilidad real y de largo plazo.

Entre los proyectos estratégicos ya en desarrollo se encuentran un laboratorio de robótica y un planetario, iniciativas que serán presentadas ante la Secretaría de Hacienda para financiamiento o inclusión presupuestal. 

Estos proyectos buscan convertir al parque no solo en un lugar de recreación, sino también de divulgación científica y formación tecnológica.

A ello se suma la apuesta por la iniciativa privada; un mural de aliados estratégicos, donde empresas adopten áreas específicas del parque, mejoren su imagen y ejerzan responsabilidad social visible. 

Firmas como PETCO ya están en conversaciones para promover adopciones y eventos gratuitos para la ciudadanía.

Una nueva identidad para el gran símbolo de la frontera

Butchart insiste en que el Parque Central debe recuperar su lugar como símbolo de Ciudad Juárez. No solo por sus áreas deportivas o su lago, sino porque representa —en fauna, flora y visitantes— la esencia fronteriza: movimiento, migración, mezcla, adaptación.

En el ecosistema del parque hay especies que llegan solo una temporada, aves que migran siguiendo rutas invisibles y plantas que se han adaptado al clima duro de la región.

“La idea  dice es relanzar el parque con una identidad juarense, que la gente lo reconozca como suyo, como el punto de encuentro de la comunidad.”

Para ello trabaja con el equipo ecológico, los veterinarios que atienden casos puntuales de fauna y el personal especializado en flora, que monitorea especies invasoras y vigila su posible impacto. 

“No hay un problema serio, pero sí un ecosistema cambiante”, explica. 
“Y por eso es importante trabajar con evidencia científica.”

Un llamado abierto a la comunidad

Butchart no oculta su agradecimiento. 
Menciona a la gobernadora Maru Campos, al secretario Rafael Loera, a la subsecretaria Austria Galindo y al equipo operativo del parque. También reconoce el apoyo en relaciones públicas de Francisco Limón, a quien considera clave para acercar nuevamente a la ciudadanía.

Su mensaje final es sencillo, casi transparente; quiere que los juarenses se acerquen, opinen, cuestionen y propongan. Quiere construir un Parque Central donde la comunidad se vea reflejada y donde los proyectos tengan continuidad más allá de cualquier administración.

Un liderazgo que empieza a escucharse

En Rafael Butchart hay una mezcla poco común entre técnico y servidor público de trato cercano. 

No promete milagros, pero sí procesos. 

No presume resultados, pero habla de metas. 

Sus palabras más repetidas, sin embargo, son “escuchar”, “dialogar” y “seguir”.

Bajo su dirección, el Parque Central entra en una etapa que promete orden, ciencia, participación ciudadana y visión. 

Una etapa donde los patos, las arañas, los corredores, los niños del jardín botánico, los visitantes del planetario y los vecinos del suroriente tendrán por fin un espacio pensado para ellos y con ellos.

Ese, asegura, será el verdadero renacimiento del parque que guarda el corazón de Ciudad Juárez.