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Emprendedora convierte una carpa, Tik tok y su receta familiar en un fenómeno juarense

  • Por Editora M

Ciudad Juárez.- Cuando se le pregunta cómo empezó todo, Zulema Castro sonríe como quien recuerda un salto al vacío que terminó en vuelo. 
Hace unos meses, esta joven juarense analizaba qué negocio emprender. Tenía conocimientos culinarios, nociones de administración y un deseo inquebrantable de crear algo propio. 

“Quería un proyecto que me motivara y donde toda mi familia pudiera participar”.

Zulema no tardó en romper las barreras de lo tradicional. 

En lugar de abrir un local, decidió instalar una carpa afuera de su vivienda en la colonia Morelos III, donde cada sábado y domingo, de 6 a 8 de la noche, prepara a la vista de todos las donas que han conquistado a miles. 

No hay grandes máquinas ni trajes de chef; hay una freidora, una mesa, ingredientes de calidad y una joven decidida a hacer las cosas diferente.
Pero su mayor innovación vino desde el celular. Zulema entendió que la mercadotecnia moderna vive en la pantalla. 

Por ello, comenzó a transmitir en vivo por TikTok el proceso completo; desde la preparación de la masa hasta el momento en que la dona sale calientita para cubrirse de chocolate, cajeta o fruta natural. 

Lo que inició como un registro casual se convirtió en su mejor herramienta de promoción.

“Las redes sociales me ayudaron muchísimo. La gente vio que las donas son hechas al instante y eso generó confianza”, explica. 

Hoy, cada transmisión alcanza miles de visualizaciones, y cada fin de semana se forman filas de hasta dos horas afuera de su carpa. 

Clientes que la descubrieron en TikTok manejan desde distintos puntos de la ciudad solo para probar “Las Donas de Zulema”.

Detrás del éxito hay una estrategia involuntaria pero efectiva; autenticidad, transparencia y sabor. Zulema comenta que siempre le gustó cocinar y estudiar nuevas recetas.

Su conocimiento culinario se refleja en la variedad que ofrece; donas con azúcar, mermelada, crema, chocolate, galleta, lechera, combinaciones improvisadas y toppings de fruta natural, uno de sus sellos distintivos.

A su alrededor, su familia trabaja coordinada. 

Entre freir la masa, mezclar ingredientes, y acomodar a los clientes y revisar los pedidos. 
Zulema lidera el proceso con la seguridad de quien encontró su camino.

“Creo que lo más bonito es ver a la gente disfrutar algo que tú haces. Nunca imaginé que tendríamos tantas filas ni tantas vistas”, confiesa. 

“Pero también es muy emocionante demostrar que una puede emprender desde cero, sin miedo, usando lo que sabe y lo que tiene”.

En su mirada se lee orgullo, pero también ambición. Zulema sabe que este solo es el comienzo. Su carpa, instalada en la esquina de Fortín de la Soledad y Oaxaca, se ha convertido en un punto de encuentro, un ejemplo de cómo el talento culinario, la estrategia digital y el trabajo en familia pueden transformar un emprendimiento en un fenómeno.

Y mientras atiende a sus clientes, Zulema reafirma la lección que su historia deja para otras jóvenes; que no hace falta un gran local para crear un gran negocio… basta con romper moldes, confiar en los propios conocimientos y tener el valor de emprender.